lunes, 12 de octubre de 2009

HAY UN NIÑO EN LA CALLE


Aquella vieja canción está de pie. No todo el folclore testimonial resiste el paso del tiempo. Mucho se ha cuestionado a aquella generación de artistas el alcance de su compromiso con la realidad que relataban y reclamaban cambiar. Lo cierto es que esta canción sigue de pie, la situación de los pibes en la calle está mucho peor y la versión de Mercedes Sosa y René Pérez tiene la virtud de completar la historia en más de un sentido: en primer lugar, porque los versos rapeados hablan de hoy y ahora, pero además, porque si Mercedes nos trajo la voz del poeta, René nos trae la del niño que se sabe “algo sin vida pero que respira”.

La canción

La letra
A esta hora exactamente,
Hay un niño en la calle....
¡Hay un niño en la calle!
Es honra de los hombres proteger lo que crece,
Cuidar que no haya infancia dispersa por las calles,
Evitar que naufrague su ...corazón de barco,
Su increíble aventura de pan y chocolate
Poniéndole una estrella en el sitio del hambre.
De otro modo es inútil, de otro modo es absurdo
Ensayar en la tierra la alegría y el canto,
Porque de nada vale si hay un niño en la calle.
Todo lo toxico de mi país a mi me entra por la nariz
Lavo autos, limpio zapatos, huelo pega y también huelo paco
Robo billeteras pero soy buena gente soy una sonrisa sin dientes
Lluvia sin techo, uña con tierra, soy lo que sobro de la guerra
Un estomago vacío, soy un golpe en la rodilla que se cura con el frío
El mejor guía turístico del arrabal por tres pesos te paseo por la capital
No necesito visa pa volar por el redondel porque yo juego con aviones de papel
Arroz con piedra, fango con vino, y lo que me falta me lo imagino.
No debe andar el mundo con el amor descalzo
Enarbolando un diario como un ala en la mano
Trepándose a los trenes, canjeándonos la risa,
Golpeándonos el pecho con un ala cansada.
No debe andar la vida, recién nacida, a precio,
La niñez arriesgada a una estrecha ganancia
Porque entonces las manos son inútiles fardos
Y el corazón, apenas, una mala palabra.
Cuando cae la noche duermo despierto, un ojo cerrado y el otro abierto
Por si los tigres me escupen un balazo mi vida es como un circo pero sin payaso
Voy caminando por la zanja haciendo malabares con 5 naranjas
Pidiendo plata a todos los que pueda en una bicicleta en una sola rueda
Soy oxigeno para este continente, soy lo que descuido el presidente
No te asustes si tengo mal aliento, si me ves sin camisa con las tetillas al viento
Yo soy un elemento mas del paisaje los residuos de la calle son mi camuflaje
Como algo que existe que parece de mentira, algo sin vida pero que respira
Pobre del que ha olvidado que hay un niño en la calle,
Que hay millones de niños que viven en la calle
Y multitud de niños que crecen en la calle.
Yo los veo apretando su corazón pequeño,
Mirándonos a todas con fábula en los ojos.
Un relámpago trunco les cruza la mirada,
Porque nadie protege esa vida que crece
Y el amor se ha perdido, como un niño en la calle.
Oye a esta hora exactamente hay un niño en la calleHay un niño en la calle.

La carta de René ante la muerte de Mercedes
Cuando me entere sobre la condición de Mercedes rápido llame a su hijo para corroborar. Su hijo en lugar de quejarse y llorar me hablo de cómo sentía tanto el que Mercedes nunca pudo regalarle un saludo telefónico a mi Papa para el día de los padres. Mercedes estaba en el hospital en estado crítico. No me salían palabras. Solo le pude decir que tanto mi Padre como yo teníamos un sueño menos que completar gracias al tema que Mercedes había grabado conmigo. Le regale mis bendiciones, colgué y me puse a escribir esta carta:

Estoy en el medio del océano atlántico. Sentado encima de una hamaca en una islita llamada Ukuptupu. Rodeado por arena, una cerveza, varios insectos, gente bonita durmiendo cerca, una libreta y mi bolígrafo de la suerte. Mirando pa’ mi lado izquierdo, pa’ donde la neblina tapa el mar y la noche tapa a las nubes comencé a recordar la primera vez que escuche a Mercedes Sosa. Una voz fuerte que recitaba las palabras de León Greco, “Solo le pido Dios” y que se había metido por las orejas de Pinochet para sembrarle en el tímpano las palabras de Julio Numhauser con “todo cambia”.

Esa voz que escuché le da esperanza a los habitantes de una islita que se ahoga en el mar caribe. Su voz me conecto con todo lo que la escuela no me quiso enseñar. Me revelo todo lo que me trataron de esconder. Le inyecto vitaminas a una colonia deshidratada, a mi isla Puerto Rico, una isla que lucha poco por que sabe poco. La voz de Mercedes hizo que mi papa lanzara piedras cuando había que lanzarlas. Logro que un pueblo que siempre había sentido miedo sintiera menos miedo. Con su voz la bandera estadounidense se desaparece y mi bandera parece que esta sola. ¡Mercedes hace magia!

Con su voz los desaparecidos aparecen y abrazan a sus madres. Logro que el folklore se escuchara mas alto que una canción de Madonna. Le regalo sustancia a los jóvenes. Hoy muere pero su voz queda como referencia para futuras voces. Mercedes Sosa fue una mujer que se atrevió a hablar como ningún hombre pudo.

Su voz es tan real como las necesidades latinoamericanas.

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