lunes, 9 de julio de 2012

El aislamiento de Moyano


Hugo Moyano manifestó  más de una vez su vocación de conducir a todos, desde aquella reiterada afirmación: “que llegue un trabajador a la Casa Rosada”. Sin embargo, los pasos que ha dado desde entonces lo encuentran en una posición de creciente aislamiento.
En primer lugar, no consigue que el conjunto del movimiento obrero se sienta expresado en su liderazgo. Por más declaraciones que haga Julio Piumato respecto a que el gobierno “se inmiscuye”, los problemas de liderazgo tienen distintas raíces y no todos son atribuibles a su postura combativa. El lado positivo es esa vocación de lucha que históricamente lo diferenció de los gordos. Pero su política de presionar para alzarse con la representatividad de trabajadores encuadrados en otros gremios, le ha valido rencores y cuestionamientos, el último de los cuales lo ha hecho público Jorge Lobais.
Si en los mejores momentos de su relación con el gobierno, otros sectores del gremialismo le reprochaban que se paraba desde ese poder con una actitud de imposición, hoy tampoco parecen dispuestos a aceptar que les imponga la confrontación total con la presidenta.
Quienes analizan su ruptura con el gobierno se preguntan respecto a la trastienda, a los motivos reales de esa pelea, se interrogan si existió una dura discusión con Néstor Kirchner antes del fallecimiento del ex presidente.
Lo que parece estar claro es que Moyano siempre aspiró a compartir la conducción y que fue mucho menos receptivo al liderazgo de Cristina que al de Néstor.
Y así, desde su supuesta autenticidad peronista, rompió el ABC pretendiendo desconocer que un proyecto nacional y popular no admite doble comando, menos aun cuando al cabo de nueve años nos ha puesto nuevamente en la senda histórica del justicialismo y obtuvo el respaldo electoral de 55%.
Tampoco consigue representar al conjunto al momento de definir su política reivindicativa. Las prioridades de su lucha se centran en defender los ingresos de los trabajadores con mejores salarios, aquellos que pueden ser alcanzados por las categorías más bajas del impuesto a las ganancias, o en reclamar fondos más emparentados al rol empresarial que los dirigentes gremiales revisten en el manejo de las obras sociales. No son reivindicaciones cuestionables en sí, la política tributaria respecto a los ingresos personales merece una revisión y hay proyectos en ese sentido. Pero los que menos ganan, los que trabajan en negro o los que aun no tienen empleo estable, no parecen estar comprendidos en el núcleo reivindicativo del líder camionero.
Desde la perspectiva del transporte, aparece asociado a un modelo que ha significado la sobredimensión del transporte por carreteras en detrimento del ferroviario.
Desde la perspectiva del medio ambiente, tiene mucho más que ver con los problemas estructurales que padecen las grandes ciudades en el manejo de la basura y a la continuidad del CEAMSE (un cuadro de la dictadura que aun no hemos bajado) que con una reformulación de los servicios que incorpore el tratamiento de los residuos y contemple el cuidado ambiental. También los intendentes han tenido una relación difícil con él cuando llega el momento de definir las características, los costos y los prestadores del servicio de recolección.
Si uno pone arriba de la mesa todas estas cuestiones, puede comenzar a entender porque su figura genera más rechazos que adhesiones. Alguna vez la aspiración de un presidente proveniente del movimiento obrero tomó el ejemplo de Lula como referencia. Pero si comparamos la actitud de uno y otro en la construcción de poder vemos que transitan caminos muy disímiles.
Esto no significa desconocer su lucha ni caer en el error de demonizarlo o considerarlo sin más como un enemigo. Lo peor que podemos hacer es convertirnos en su espejo, ejercer hacia él y hacia quienes representa una actitud meramente reactiva. La reciente decisión del Ministerio de Trabajo respecto al conflicto en la CGT es una demostración que se puede actuar con firmeza sin perder de vista el sentido estratégico. No se resuelve a favor de un sector y en detrimento de otro, sino con un riguroso análisis de las deficiencias de la convocatoria efectuada y convocando al diálogo a todos los sectores para garantizar la unidad del movimiento obrero.
No es un enfrentamiento que tengamos que salir a festejar. Nuestros verdaderos enemigos son los sectores de privilegio y allí está el eje de nuestra lucha. La razón de ser de este proyecto es defender los derechos de los trabajadores y de quienes están precarizados o excluidos del acceso al trabajo, profundizar la redistribución para que el trabajo sea el gran organizador de la sociedad y la garantía de acceso a los derechos básicos, y nunca renunciaremos a nuestra aspiración de compartir la calle con la juventud sindical y con las distintas expresiones de lucha de los trabajadores.
Al fin y al cabo, analizar las razones del aislamiento de Moyano, debe servirnos para revisar nuestros actos, constituye un aprendizaje para entender que no debemos caer en actitudes unilaterales y excluyentes, que la gran apertura a la participación y la transformación de la política que ha abierto nuestra presidenta tiene como requisito una actitud amplia y convocante que nos evite reproducir una lógica de aislamiento y unilateralidad que sólo beneficia a los enemigos del pueblo.

1 comentario: