miércoles, 30 de septiembre de 2015

AZÚCAR





                                                                    Él hizo su obligación:
                                                                    lo que desde veinte esferas
                                                                    instrumentos ordenaban,
                                                                    exactamente: soltarla
                                                                    al momento justo.
                                                                                         Nada.

                                                                                                          Pedro Salinas, España, 1891.



 Primero silencio. Hasta que comenzaron a desperezarse los ruidos. Es decir, estaban allí. Eran los oídos los que se asomaban, empezaban a descubrirlos desde el umbral del sueño. Carros lejanos. Una conversación en la calle. Una canilla vertiendo agua en una palangana. La respiración de Arelis. Así también, creciendo, la luz. O sea, los ojos aprendiendo en la penumbra tenue. Haces que se filtraban por la ventana de metal. Linterna en el polvo. ¿Tendrán crujidos y ecos esas partículas flotantes? Por un segundo sintió que no había gravedad. Nada cósmico.  Era bueno el colchón. Era un gran lugar esa habitación. Seguía un orden natural. Todo estaba a la altura que estaba simplemente porque ese era el lugar en que debía estar. Las partículas entrando y saliendo del haz, ellos en la cama, el televisor en silencio a sus pies, Sammy Sosa bateando en el almanaque de la pared, un rosario levitando sobre la cabecera de la cama. Ese amanecer no sería eterno. Pero aceptaría de buena gana que una voz misteriosa le susurrara que su vida había sido una excusa, un juego de laberintos para llegar a ese momento. Crecerían los sonidos y la luz, Arelis se levantaría a preparar el desayuno, Azúcar encendería la radio, Gustavo se afeitaría en el baño sin espejo apenas con una jarra de agua, saldrían para echar un primer vistazo. No la despertó. Se quedó mirándola. Jugó a copiarle el ritmo de la respiración. Siempre tibia la sombra del muro de su espalda.

domingo, 27 de septiembre de 2015

SAN JOSÉ DEL RINCÓN:MANOS CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO


"Hola Alfredo, gracias por etiquetarme. te cuento que yo solita en mi pueblo-San Jose del Rincón- camine las calles juntando las 260 firmas de hombres por las 260 victimas. tenemos que erradicar esta locura. Bendiciones !!!!". Así me escribía Ro Ferraris en abril de 2011 después que nosotros en Lomas de Zamora junto a Alex Freyre alzáramos los brazos por las 260 víctimas de violencia de género registradas periodísticamente ese año.
Desde entonces nos mantenemos en contacto por Facebook y cuando me contó del encuentro del 30 de setiembre, le dije que me gustaría conocer su pueblo y participar del encuentro.
Será un orgullo ir y sumar mis manos y mi voz para que sean más los que sepan que en San José del Rincón, Santa Fé, Ro y muchas otras personas militan contra la violencia de género.
Iré con mis libros y mis ganas de compartir el desafío. Creo que no hace falta más.

sábado, 26 de septiembre de 2015

23/3/76:RIVER-PORTUGUESA Y LA HUIDA DE CÁMPORA



Las crónicas deportivas también sirven para hilvanar el relato de la historia. La noche del 23 de marzo de 1976 Héctor Cámpora escapó por la puerta trasera de su casa de San Andrés de Giles. El relato televisivo del partido que disputaban River y Portuguesa por Copa Libertadores le sirvió de cortina sonora para que sus custodios no percibieran la huida.
Al día siguiente, el 24 de marzo, el único espectáculo cuya transmisión fue autorizada por la Junta Militar fue el partido que disputaron Polonia-Argentina en la gira Europea de la Selección. El equipo de Menotti empezaría a encontrar el rumbo futbolístico el mismo día que el país lo perdió. Cámpora terminó exiliándose en la embajada de México. En un breve lapso, pasó de ser presidente y acompañar a Perón en su retorno a ser expulsado del Partido Justicialista en 1975 y terminar exiliado en una embajada en su propio país luego de esquivar milagrosamente la detención o la muerte a mano de los golpistas.
A continuación, un fragmento de mi novela "24/3/76,Historia de un día" que evoca aquella huida de la noche del 23.

"Lali salió otra vez a la ruta mientras don Héctor se preparaba en su dormitorio. Luego de hacer las valijas, se quedó frente al jardín mirando el atardecer hasta que lo esfumó la penumbra. Se levantó con las piernas entumecidas, fue a la cocina y encendió la radio para escuchar algo de música, pero se encontró con la voz de Alende dando un mensaje desesperado.
Apagó la radio y terminó de oírlo por televisión. “Bien distinto al del Chino”, pensó. Luego empezó la transmisión de River-Portuguesa y su chofer se sentó a su lado. Al rato se asomó uno de los agentes, que espió unos minutos el partido y se alejó en un bostezo.
–Tanto no –dijo don Héctor y giró la perilla cinco minutos hacia la izquierda mientras veía rodar al diez de Portuguesa tras un cruce de Mostaza Merlo. Moya había subido el volumen y la voz del relator parecía más sola en el silencio mientras paseaba anodina entre apellidos y apodos de jugadores.
El compañero de Moya se les sumó con las valijas que habían preparado un rato antes. Lali volvió con malas noticias. No había podido contactarse con el Gordo. Pero don Héctor coincidió en que tenían que irse igual.
–Yo sabía que alguna vez la salida trasera iba a servir para algo –afirmó sobre su primera sonrisa del día.
–¿Y adónde vamos?
–A lo del Gordo, y que Dios decida. Lali, vos andá primero por adelante y esperanos en la ruta.
Moya y su compañero cargaron las valijas en el baúl del Fairlane azul y don Héctor se quedó mirándolos en la entradadel garaje.
–¿Qué pasa? –preguntó Moya sorprendido.
–Nada, que tenías razón en subir tanto el volumen. Esa cortina hace un ruido infernal.
–Vaya hasta la tele que yo la levanto. Oiga una cosa...
–¿Qué?
–¿Para qué se puso esos anteojos?
–Porque son oscuros. Nos estamos escapando, ¿no?
–Todo el país lo vio con esos lentes.
–Y con esta camisa. Tenés razón. Me estoy poniendo viejo. Esperá que me la cambio.
–Ya está, deje. Con sacarse los lentes alcanza.
La noche estaba allí, tendida inmóvil sobre la calle Avellaneda. El Fairlane salió intentando no importunarla y antes de llegar a la esquina se pegó al cordón para no molestar a un perro flaco que dormía en medio de la calle".

jueves, 24 de septiembre de 2015

SPAM


Spam
Mensaje no deseado
Troyano agazapado
Cadena del fracaso
Correo del mal paso
Vos sos spam.

Spam,
Te ganaste tu bandeja
Con viagras y pendejas
Con cartas de Mauricio
Cajón del desperdicio
Vos sos spam.

Spam
Cien mil destinatarios
En busca de un otario
El buzón donde elegiste
Llorar lo que no fuiste
Ya no estás más.

domingo, 20 de septiembre de 2015

AY














Ay, un diptongo en el alma
Un suspiro que perdió la calma
Una trémula desesperación.

Ay, dos letras encastradas,
Inseparables y atragantadas
A prueba de exhalación.

Ay, te veo hasta en la nada
te extraño en la madrugada
te nombra mi ensoñación.

Ay, un dolor que no duele
Que no impide que vuele
Un aura de inspiración.

Ay, en la dicha un pucherito
Congoja de un caprichito
Prefijo de admiración.

Ay, que te miro y te espero
Ay, que te extraño y te quiero
Ay, contraseña del amor.