jueves, 25 de febrero de 2016

PORFÍA


Muerto
De irreparable muerte
Viene empecinado
a encendernos
en el ardor
de las heridas.

Tiene
Esa rara manera
De ya no estar
Ese extraño modo
De aparecer
Esa porfía.

Siento
Su seca ausencia
Pero también
su terquedad
late en la piel
una y mil vidas.

Como el viejo
olmo del Duero
renacemos
en el detalle
de su rama 
verdecida.

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