Mirá, yo no soy peronista, no lo fui nunca y no podré serlo. Pero cuando en España leía que la noche de la votación por la 125 corrían desesperados el hermano de Menem para buscarlo a éste en la clínica, cuando andaban corriendo detrás de los votos Moreau, Alfonsín, su hijo y Barrionuevo, pensé: "Joder, querido, qué cónclave de patriotas". Y a todo el mundo le parece un acto de patriotismo la menesterosa actitud de Cobos. Que está bien que vote como votó si es su sentir. ¡Pero votá y renunciá!... Se queda en un gobierno con el que no comparte sus tesis usando escritorio, teléfonos, coches, nafta. ¡Cómo se envilece el alma del hombre de a pie con este tipo de ejemplos!
Lo dijo Federico Luppi en una entrevista que le hizo Viva, la revista dominical de Clarín. Aunque no borra nuestros errores, al menos nos sirve para reafirmar que elegimos bien a algunos enemigos, pero también, que elegimos mal a algunos amigos. Mientras tanto, Cobos sigue. ¡Arteche y la puta madre que te parió!