“El
miedo es vivido como sentimiento y la violencia como acción. Cuando la acción
cesa, el miedo persiste, reaparece, asciende, cambia de motivo y de forma”.
La afirmación de Silvio Schachter nos introduce al marco teórico de la investigación
desarrollada por el Defensor del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires de cuya
realización participó la Fundación Conurbano y que fue presentada el martes
pasado con la participación de su mentor, el Dr. Raúl Zaffaroni.
Frente a la violencia como construcción de la
criminología mediática en la que se estigmatiza a un conjunto de diferentes,
molestos y malos, la investigación se propone comprender a la violencia urbana
en su dimensión social, como forma de expresar la conflictividad que se da en
un territorio y un tiempo específico.
Veamos algunas conclusiones generales de la
investigación realizada en barrios de Avellaneda, La Matanza, San Martín, La
Plata y Lomas de Zamora que nos permitirán comprender mejor las características
de la violencia y las percepciones que de ella tienen quienes habitan esos
barrios.
Hechos
de violencia percibidos como habituales. Los robos
encabezan el ranking de hechos de violencia percibidos como habituales, según
25,3% de los encuestados. Les siguen las peleas a golpes, con 20,5%. Las
discusiones, 11,3%. Los asesinatos, 7,8%. Las peleas dentro de la familia, 7,7%
y el maltrato contra la mujer, 7,6%. Allanamientos, detenciones y requisas
alcanzan 6,6%. El maltrato contra los niños, 2,4%. Sólo 3,6% cree que no hay
hechos de violencia habituales.
La
violencia para los que fueron víctimas de algún hecho. En
términos generales, el robo es el principal hecho violento padecido por los
encuestados, alcanzando 70,5%. Le siguen las peleas a golpes, 8,1%,; los tiroteos,
5,2%; los homicidios, 3,5%; la violencia de género, 3,5%; los conflictos
intrafamiliares, 2,3%; amenazas y discusiones, 2,3%.
Los
jóvenes y la violencia. Los jóvenes son identificados como el grupo que
más sufre la violencia, con 34,7%. Pero a su vez, se los identifica como los
que más ejercen la violencia, con 71%.
Violencia
según género. Casi siete de cada diez encuestados consideran que
predomina el género masculino en el ejercicio de la violencia.
Violencia
según ingresos. La percepción es que hay mayor ejercicio de
violencia entre personas de bajos ingresos, según 51,8% de los encuestados.
Valoración de las fuerzas de seguridad. Tienen una
percepción negativa 37,5% de los encuestados, mientras que 32,4% opinan
favorablemente.
Resultados
en Fiorito y Budge
Veamos algunos aspectos que surgen de la
investigación en esas localidades lomenses:
Nivel
socioeconómico: 67% de los encuestados se perciben en el nivel
socioeconómico bajo.
Antigüedad
en el barrio: 63,8% de los encuestados habitan la zona desde
hace más de 20 años. Llevan entre 10 y 20 años 18,1%, mientras que un
porcentaje similar lo habitan desde hace menos de diez años.
El
barrio, un buen lugar. Casi la mitad de los encuestados en Fiorito y
Budge (49,6%) consideran que su barrio es un buen lugar para vivir. No lo
consideran un buen lugar 40%, mientras que el resto no tiene opinión definida
al respecto.
¿Por qué para 49,6% de los encuestados es un buen
lugar? Algunos encuentran la razón en la comodidad y la costumbre (37,7%),
otros resaltan la tranquilidad (26,4%), mientras que otros ponen énfasis en su
arraigo y pertenencia al barrio (22,6%).
¿Y por qué es considerado un mal lugar por 40%? La
inseguridad es invocada como razón por 76% de ese segmento; 11% se queja de la
conflictividad y la violencia y 7% hacen eje en las consecuencias del consumo
de droga.
Acceso
a escuela, delegación municipal, Unidad Sanitaria, Hospital y Comisaría.
Consideran que es fácil acceder a la escuela 94,8%; a la Unidad Sanitaria, 63,8%;
al Hospital, 59,19%; a la Comisaría, 56,9%; a la delegación municipal, 56%.
Acceso
al 911. Sólo 31% lo consideran accesible; 44% manifiestan
que no tienen acceso y 23,3% no tiene opinión al respecto.
Las
fuerzas de seguridad en Fiorito y Budge
En las diferentes preguntas vemos que predomina una
percepción negativa del accionar de las fuerzas de seguridad.
Poca
o nula presencia. Las consideran nada o poco presentes, 62% de los
encuestados; 28,4% consideran que la presencia no es poca pero no es la
necesaria, mientras que 8,6% las consideran presentes.
Desconfianza.
Desconfían 67,8%, mientras que 17,4% las considera
confiables. El resto no tiene opinión definida.
Desempeño.
¿Cómo evalúan su desempeño? Consideran que es malo o
muy malo 37,4%; lo juzgan regular 53%, mientras que lo consideran bueno sólo
8,7% de los encuestados.
Relación
entre las fuerzas de seguridad y los hechos de violencia. Consideran
que intervienen una vez ocurrido el hecho 47,3%. Consideran que no tienen participación ante
hechos de violencia 31,3%. No existe percepción firme respecto al cumplimiento
del rol preventivo de las fuerzas de seguridad: poco menos de 4% creen que
ayudan a prevenir que no sucedan. Por último, 8,9% de los encuestados los consideran
cómplices de los hechos de violencia.
Valoración
negativa más alta en sectores de nivel socioeconómico más bajo. La
valoración negativa de las fuerzas de seguridad es mayor en los sectores de
nivel socioeconómico más bajo (71,6%). En los niveles medios alcanza 52% y en
los más altos, 44,4%.
Víctimas
de violencia
¿Cuál es el porcentaje de victimización? Manifiestan
haber sido víctimas de al menos un hecho de violencia 37,1%, mientras que el
resto no ha padecido esa situación.
¿Dónde fueron víctimas del hecho de violencia los
que lo padecieron? Sucedió en el barrio en 60,5% de los casos, mientras que
39,5% los sufrieron fuera del barrio.
Percepción
respecto de los homicidios ocurridos en el barrio
Manifiestan saber de alguna víctima de homicidio
intencional en el barrio 30,2%, respondiendo negativamente el resto.
A su vez, señalan que en 56,6% de los casos existía
conocimiento previo entre víctima y victimario.