Consenso. Provincia por provincia. Con los brazos abiertos. Poniendo en marcha caminos, represas, fábricas de motos, gasoductos. Quitándole excusas a los ruralistas. Recuperando el centro de escena con naturalidad, sonriendo sin perder la firmeza, desde la misma identidad. Pateando el tablero en Doha. Juntando a Chávez con Lula. Bancando a Evo. ¡Ah, sí todo fuera así! ¿La partida de Sbatella es el certificado de eternidad de Moreno? ¿Seguiremos metiendo los garfios en las famosas estadísticas que nadie nos cree? ¿Qué controla el señor que controla? ¿Peló alguna vez papas de las de 1,40? ¿Tiene algún secreto para no encontrar vacía la canasta del pan barato en Coto o tomates al precio sugerido del gobierno? ¿Y el crédito? ¿Saben que los propios empleados del Provincia desaconsejan sacar un hipotecario?
Nunca antes tuve un gobierno del que pudiera decir "éste es mi gobierno". Ahora sí puedo. Pero no creo que sea una liberalidad no dejarse guardado en el bolsillo ni un pero. Frente a lo que no nos gusta, la peor elección es el silencio. Que haya lugar para todas las voces, y no sólo cuando hay que ir a hacer el aguante a la plaza.
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