Una vez escuché a una caribeña hablando con un conductor de radio.
Era hermoso oír a esa mujer, con su voz a veces de muchacha y a veces de anciana. No me animaba a decir si era dominicana o cubana, pero las mujeres del caribe viajaban en su voz.
Se lo comenté a Mariana. Me dijo que no había ninguna Milagros López. Que en realidad era un personaje de Fernando Peña.
Le dije que no podía ser. Y aunque cada vez que discutimos cuestiones como esa, ella es quien tiene razón, yo reencontré los sábados por la tarde a Milagros en radio Nacional y me convencí definitivamente que Mariana estaba equivocada.
No era una imitación, no era el personaje de la tele que tantas veces había visto caminar en la cuerda floja haciendo equilibrio con su coctel de lucidez, nihilismo y fascismo.
Murió Fernando Peña y me dije que este sábado y los que siguen Milagros López estará allí.
Insistía en eso con Mariana cuando en la TV apareció Enrique Pinti recordando a Fernando Peña y poniendo como ejemplo de su talento que aun hay gente que cree que Milagros López es una mujer real.
Me cuesta rendirme ante la evidencia. Sólo admito que lo que me dicen puede ser cierto porque no quiero desconocer el talento mágico del hombre que llevaba a Milagros a todas partes.
Pero no me resigno. Tal vez este sábado salga a manejar a ningún lado, encienda la radio del auto y ella esté allí, como si nada hubiera sucedido.
Nunca creí en lo sobrenatural ni en Dios ni en sangre brotando de los íconos.
Vaya a saber por qué, a mis 47 y contra toda evidencia, se me dio por creer en Milagros.
Muy bueno Alfredo, a mí me pasó exactamente lo mismo. Me enteré que era él porque me lo dijeron cuando se murió. Sinceramente, nunca me gustó Peña, pero me encantaba Milagros. Ahora tengo un revoltijo de contradicciones de las que no sé cómo salir.
ResponderEliminarCiro
Bellas palabras, dignas de tanto talento.
ResponderEliminarAndrea (china)