A propósito de la penoso papel de Abel Posse y de la implacable nota que le dedicara este domingo Horacio Verbitsky (http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-137651-2009-12-27.html), comparto este fragmento de "El largo atardecer del caminante", novela del efímero ministro: "Me vi completamente ridículo. Una vez más la maldita vida se metía. Metía su rabo cuando uno buscaba el sosiego de la recordación; [...]. De repente irrumpe lo que hay. Lo de hoy. Lo cierto y actual. Es como si de una patada en el trasero nos mandasen otra vez al centro del escenario, cuando ya estábamos serenamente despidiéndonos entre bambalinas. [...] He dispuesto no abandonar el relato, que ya es memoria invadida inesperadamente por vida actual. Anotaré todo: lo que no dije de mi pasado y de mis anteriores naufragios y los pormenores de este penúltimo naufragio que seguramente me llevará por primera vez a matar un ser despreciable con mi mano". Leí la nota de Verbitsky y comparto casi todo lo que sostiene, excepto que Posse no tiene talento para escribir. Por eso, no le vendría mal releer este párrafo de su propia pluma para tomar dimensión de lo que ahora le sucede.
nos mudamos
Hace 2 años
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