-Mirá si mi papá era pirata que tuvo hijos con mi tía, la hermana de mi maná. Esos sí que son primos hermanos.
-¿Varones?
- Uno y una. La mujer es Clara, la mamá de mi hijo.
-¿Vos también?
-¡No! ¡Ese era el temor más grande de mi viejo! No quería que yo hiciera la misma cagada que él. Ella quedó embarazada de jovencita. Ell padre nunca apareció. Jamás quiso decirnos quien era....
-¿Y tu papá vivía?
- Sí.
-Ah...
-La cuestión es que me fui convirtiendo en el papá de Lucas. Mi tía y mi viejo murieron, mi primo se fue y nos quedamos mi vieja, Clara y Lucas...
-¿Y qué onda, vos y Clara?
-Nada, intocable.
- ¿Y tiene novio o algo?
-Creo que nunca.
-¿Y vos?
-Si. Tengo una hija. Medio que tengo dos casas. Paso a ver a la madre y la nena en la semana y me quedo con ellas los finde.
-¿Clara sabe?
-Nunca preguntaba. Creo que le daba miedo enterarse, pero al final le conté. Primero se enojó. "¡Cómo no pensaste en Lucas!", me dijo. Después no volvió a decir más nada. Pero ahora Lucas va creciendo y le quiero contar. Mejor decirle a que se entere. Al fin y al cabo es una hermana.
-¡Y no son primos!
-Dale, boludo...
-Disculpen muchachos...
-Digame señora.
-¿No queda mayonesa de Precios Cuidados?
-A ver. Acá no veo. ¿Quiere que le traiga?
-Si no es molestia... Lo espero en la fila.
-Ya vengo.
-Volvé, ¡así me seguis contando!
-¡Yo algo también escuché.
-¡Señora! Está mal escuchar conversaciones ajenas.
-Es que quería pedirles la mayonesa y me enganché.
-Encima él habla fuerte.
-Si, creo que acá en la fila escuchamos varios. ¿Y usted, que piensa?
-¿De qué?
-Del padre desconocido del chico... El señor pirata estaba vivo...
-¡Señor pirata! ¡Escuchó todo!
-Es una linda historia...
-Usted dice...
-Por lo menos, más entretenida que la mía. No hago muchp más que venir a comprar acá.
-Y escuchar conversaciones...
-Sí. Pero todavia me falta tu historia.
-¡Ja! No tengo primos hermanos. Una hija de tres años nomás.
-Y tu mujer.
-¡Sí, claro!
-Pero no la nombrás. Bueno. Algún día andaré por un pasillo y te escucharé.
-Quizá. Ahí llega su mayonesa.
- Acá está señora. ¿Cuántas quiere?
-Una sola. ¡Muchas gracias!
-No es nada. Cualquier cosa, siempre estamos. Ahora me llevo a mi compañero. Vení, tenemos que sacar cajas para los de la cooperativa.
-Hasta luego señora. ¡No me dijo nada de usted!
-No... Será en la próxima.
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