sábado, 23 de mayo de 2015

VELO TU VUELO



Descorren
Tus dedos
El velo
y un pájaro
de pétalos de ceibo
descubre
el vuelo.
Ve lo
Que te habita.
Vela encendida
Tu alma
Llama que se rebela
Al miedo.
Ve la ternura
Aun en el enojo
Vela y te verás:
Tu vida es una
Vela
Hecha de la misma
Tela.
Velo así.
Yo
Velo tus sueños.
En algún remanso
Del silencio
Murmuran
Mi vigilia
Y tu desvelo.

miércoles, 20 de mayo de 2015

PREVISIBILIDAD, GESTIÓN Y LIDERAZGO


Previsibilidad. Aunque entre la militancia kirchnerista de paladar negro subsisten grandes reservas, ese es quizá el principal atributo que le reconocen a Daniel Scioli quienes lo perciben como posible presidente para la etapa que viene.
Capacidad de gestión. Es lo que distingue a Florencio Randazzo. Con los trenes, los pasaportes o los DNI, se ha mostrado capaz de gestionar con eficiencia y también pudo superar obstáculos como los que se le presentaron en la transformación ferroviaria.
Sin embargo, ni Daniel Scioli ni Florencio Randazzo parecen ser percibidos con las condiciones necesarias para ejercer un liderazgo aglutinador de quienes se identifican con los logros del kirchnerismo.
Más allá de los puntos de diferencia que puedan existir entre ambos en las encuestas, está claro que muchas personas comprometidas con este gobierno se encuentran frente a un dilema.
Algunos gobernadores y sindicalistas que valoran gestos y códigos más tradicionales, se adelantaron a elegir a Scioli. Espacios como Carta Abierta, en cambio, optaron por la mayor cercanía política que Randazzo exhibe con el gobierno que integra como ministro (aunque su fuerte parece ser más la acción que expresar el relato de este nuevo ciclo de gobierno nacional y popular).
Y existe también una amplia franja que no se siente del todo expresado por ninguno de los dos.
¿Cómo se salda esta cuestión?
La clave está en la tercera palabra: liderazgo.
El liderazgo de este proyecto político lo ejerce de manera indiscutible Cristina Fernández de Kirchner.
Si Scioli puede reivindicarse como alguien probado, ¿quién más probada en las adversidades que Cristina Fernández a lo largo de su mandato, habiendo padecido la muerte de Néstor y superando al menos dos intentos notorios de derrocamiento?
Hechos, no palabras, es un dicho que suele repetirse en reivindicación de la capacidad de acción que distingue a Randazzo.
Cristina expresa la palabra y los hechos. La palabra como expresión de lo que sucede, lo que estamos viviendo, los peligros que nos acechan, los objetivos que debemos cumplir, y los hechos como capacidad de gestión comprobada a lo largo de los años. Pero no cualquier capacidad de gestión: se trata de un hacer coherente con esas palabras.
El kirchnerismo, fiel a su identidad peronista, es un relato que se sostiene en los hechos. Y Cristina Kirchner es quien mejor lo expresa y quien ejerce el elocuente liderazgo del proyecto. Un liderazgo que, en el último año de su mandato, es valorado de manera positiva por la mayoría del pueblo.
Por eso, nada peor que la ansiedad frente a la incertidumbre por las candidaturas. El liderazgo de Cristina Fernández de Kirchner, la coherencia con este proyecto y el compromiso con el desafío de ir por lo que falta, tiene agenda y rol protagónico para todos los que sientan esa vocación por  encima de las incógnitas e incertidumbres que pueda depararnos cada candidatura.
Tomemos conciencia que estamos completando un ciclo aún más largo que el del primer peronismo y que el gobierno popular no se va derrocado sino por la puerta grande, con su imagen fortalecida y con excelentes posibilidades de que el FPV gane las elecciones.
Por eso, no minimicemos las dudas que puedan surgirnos frente a uno u otro candidato. Pero que no nos atrapen ni no nos inmovilicen, porque somos parte de un movimiento con una dinámica, una fortaleza y un liderazgo capaz de superar cualquier flaqueza o intento de retroceso.
A los candidatos les debe quedar muy claro que no hay chances de vampirizar esa fuerza para después desecharla.
Nuestro primer paso será protagonizar junto a nuestra conductora un 25 de mayo inolvidable. Y sin sentarnos a esperar la letra chica y atreviéndonos a ser protagonistas, seamos capaces de construir de la mano de Cristina otra gran victoria del pueblo.

viernes, 17 de abril de 2015

BRINDIS


Hojitas de menta naufragan en el ron
La luz de la siesta bosteza su herejía
Paredes garabateadas de alcohólica alegría
Sus manos que se mecen a pulso de danzón

Los labios murmuran hechizos de limón
Dos almas felices en una fonda vacía
A puras miradas desbaratan la letanía
Beben y sonríen  su biónica canción

Ella sin robarle se bebió su voluntad
Él fue su centroforward de puro adolescente
Desarmaron la angustia inventando su verdad

Porque dos copas pueden alumbrar la claridad
Arder las almas en un brindis impenitente
De dos solitarios que embaucaron a la soledad.

jueves, 2 de abril de 2015

AXOLOTL (2)


No sé cuánto tiempo estuve con la nariz contra el vidrio. Un minuto, un día, una vida. Mi alma seguía adelante pero tenía la sensación que una parte de mí se había quedado en la pecera mirando el mundo desde los ojos del axolotl, atrapado en el paisaje de la habitación, tratando de adivinar las formas de los autos, las voces y los pasos por la manera en que durante el amanecer podían hacer flamear los resplandores del cuarto.
Algo de mí miraba incrédulo, atónito, expectante, como si hubieran colocado una de esas nuevas cámaras de seguridad dentro de la pecera y transmitiera todo el tiempo en mi cabeza.
Fuera donde fuera, yo era estos dos ojos, esta voz, estos brazos, pero también esa otra mirada que sostenía su vigilia sin darme pista alguna de qué buscaba.
Así hasta que la vimos a ella. Caminaba y la levedad de sus pasos parecía encenderle de discreción los ojos, la sonrisa, las pocas palabras. Pasaba, nos saludaba, y seguía hacia su rincón. La veíamos alejarse y aunque mi huésped la mirada de atrás del vidrio, tratando de entenderle el alma, yo no conseguía evitar que mis ojos la persiguieran debajo de la cintura.
Esa chica me gustaba. Fuera de eso, nada parecía haber cambiado demasiado en el mundo, para mí. Pero todo se volvió diferente para mi otra mirada. Yo percibía que su vigilia era distinta. Por momentos se distraía, o se quedaba con los ojos cerrados, como si intentara inventarse un recuerdo o tomar prestada alguna parte de mi memoria. Empezó a pedirme cosas, a hacerme entender sus necesidades de ver. Y a fuerza de hacerle caso comprendí que se dedicaba a llevarme a los lugares que habitaba la muchacha.
La buscaba, se preguntaba si vendría, la esperaba y cuando la veía, la miraba de tal modo que me daba vergüenza mirarla yo también.
Así hasta aquel día. No me quedaba demasiado tiempo en ese lugar. La muchacha entró y de pronto me oí diciéndole que quería hablar con ella.
Vino a mi oficina, conversamos, primero del trabajo, luego de algunos rincones de nuestras vidas.
En algún momento nos pusimos de pie. No consigo recordar qué le dije ni qué me respondió. Pero sí sé que sentí  deseos de besarla y que ella estaba dispuesta a que la bese. La miré y acerqué mis labios a los suyos. Nos besamos con los ojos cerrados. Cuando volví a abrirlos, la pecera ya no me habitaba. La vigilia había terminado. Había vuelto a tener una sola mirada.

Al volver a casa, busqué aquel viejo libro. Entre las páginas 127 y 128, apretado como la primera vez, descansaba el axolotl con los ojos cerrados. Sonreí. Cerré el libro y me sentí  feliz.

sábado, 21 de marzo de 2015

Un ángel y una copa de champán


La puerta se cerró. Sobre la mesa pequeña, junto al balde con la botella vacía, quedó una copa de champán. La pareja subió al auto en la cochera. Dos mujeres con delantales celestes entraron en la habitación. Echaron un vistazo rápido. La más gruesa avisó por teléfono a la conserjería que todo estaba en orden. La más delgada se paró frente a la mesita, vaciló un instante y se bebió de una la copa de champán.
“Está caliente”, pensó mientras arrugaba la nariz y daba una pequeña sacudida con la cabeza. Se volvió y quedó al pie de la cama. Con la mejilla apoyada sobre las dos manos unidas como en un rezo, vio descansando sobre el lecho una mujer desnuda.
Tuvo el impulso de  darle un toquecito en el hombro. Pero se quedó contemplándola y la habitó el deseo de sentarse a su lado y acariciarle la cabellera negra.
Cerró los ojos por un instante, dio un suspiro y la mujer se evanesció. Se inquietó, quiso hacerla presente para que no se esfumara de su memoria. Subió desde los pies hasta las pantorrillas blancas, acarició la pendiente de sus muslos, vislumbró la misteriosa hospitalidad de su entrepierna y luego trepó a las curvas de sus caderas para mecerse en la graciosa redondez de su cola. Saltó hasta la estrechez de la cintura y desde allí surfeó hasta llegar a la cresta de su espalda para ser grumete del discreto velo que los párpados tendían a la incógnita de sus sueños.
-¡Dale, flaca! –protestó su compañera.
-Vicky… -dijo sin dejar de mirar la cama vacía.
-Qué…
-¿Alguna vez estuviste con una mujer?
-¿Qué?
-Ya me oíste.
-No. Bah, tenía una tía que me manoseaba cuando era chica. Pero ya se murió.
-Yo nunca.
-Bueno, si tenés ganas de empezar no va a ser ahora. Ayudame a hacer la cama. ¡Y levantá ese forro!
El auto avanzaba lento hacia la salida. El hombre soltó la palanca de cambios y acarició la pierna izquierda de la muchacha. Ella dejó de dormitar y se desperezó.
-¡Ay! –dijo sonriendo.
-¿Qué?
-No sé. Me volvió el alma al cuerpo.
-¿Y dónde la habías dejado?
-En la cama, descansando de tu lengua. –dijo sonriendo. Luego volvió a bajar los párpados. Él siguió manejando sin dejar de mirarla. La vio tan frágil en su belleza que temió que se esfumara ante sus ojos como un sueño. Le dolía la base de la lengua. Recordó la canción de Spinetta.
-Si quiero te toco el alma- murmuró mientras acomodaba el auto junto a la ventanilla de la caja.

miércoles, 18 de febrero de 2015

LA FLOR DEL CEIBO


Si alguna vez fue
un crespón, un disparo,
un suspiro, una herida,
cresta de la riña,
borbotón del sacrificio,
leyenda del milagro
fuego de una niña,
hoy es el aguijón
tibio de un sueño
que se mece en el río
y en la inocente gracia
del hechizo de tus manos
se descubre las alas
y se vuelve pájaro.

jueves, 12 de febrero de 2015

EL ALMA DE UNA BOTELLA


Se parece a la quietud
este instante del movimiento
en que la botella cae
en la esquina de la avenida
tendida sobre la infinidad
de silencios de la basura.
Si el tiempo existiera
y se lo pudiera transitar
yendo hacia atrás
se desprendería
del cesto gris y quieto
un arco iris de ansiedades,
de viajes, de pasos,
de ilusiones y aburrimientos.
La obesa, el ansioso,
el fumador, la niña
el obrero, la enamorada,
la apurada, el tímido,
la resuelta, el vacilante,
el anciano, el niño.
En algún momento
pasaron y dejaron caer
el envase de un deseo
el recipiente de un capricho
de una ansiedad
De una distracción
de un vicio o de un sueño.
Se esfuma la identidad
de cada pieza en la basura.
y no hay como almacenar
la implosión de sus historias
el suspiro de mil viajes
entregados a la quimera
de los recuerdos.
Pero aun en lo efímero
vuelvo a la botella,
pienso en la mano
que no deja volar el corcho
vierte el líquido
rojizo como el atardecer
busca la otra mano
y deja que la tibieza
viaje de la piel a la mirada.
Pienso unos labios
que se humedecen
una voz que se dice
dos viajeros que se reconocen
se entrelazan se confiesan
se juramentan se prometen.
Reinvento la luz que cae
el día que se esfuma
la sinceridad indefensa
de las palabras que brotan
cuando se vacía la botella.
Sigo unos pasos que vacilan
una puerta que se abre
y la frágil turbulencia
de una ilusión que se sabe
más que dos soledades.
Por eso ahora
que la botella y su etiqueta
vestidas de lujo
son tan basura como el resto
de la basura del cesto,
le supongo a su viaje
dos almas que se tocaron
hasta embriagarse
dos vidas que se bebieron
como nunca
se habían  bebido antes.