Dormido sobre sus raíces
Desnudo de casi dos meses,
Meciendo a los cabecitas
en el columpio de sus semillas.
Si el poeta se toca el alma,
¿cómo es que el liquidámbar
la suya propia no olvida?
Susurra desde la tierra,
sigilosa bajo la corteza
ajena al frío se desliza.
A pura memoria presagia
en sus brotes de agosto
lo obstinado de la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario