martes, 10 de junio de 2008

Charly y el mito de la eternidad


¿Importa leer, importa escuchar, importa mirar y tratar de aprender? Cada vez más el imperativo es mirar -o salir en la- TV y, por supuesto, opinar. ¿Opinar qué? Lo que se puede opinar, lo que con muy pocas variantes, opinan todos. Multitudes se entregan mansas a la manipulación del consentimiento, al único debate permitido, a reiterar los tics de la indignación a medias, el escándalo planificado, la solidaridad impostada.

Con muchos de los grandes artistas vemos como esos lugares comunes se repiten. Por ejemplo, no respetar que crezcan y envejezcan, o pretender que lo hagan dentro del menú de lo tolerado. García da un concierto. Un buen concierto. Luego, el escándalo que gana su cuarto de hora en los medios. No importa el buen concierto. Del músico, lo que menos importa es la música. De la música, el comentario repetido: "dejo un conjunto de canciones inolvidables antes que iniciara su decadencia". Esta forma de ver el arte, los artistas, el mundo, no nos brinda nada. Es mentira que esas sean las mejores canciones. Es mentira que su arte se haya terminado ahí. No sólo hay más música en Influencia, Tu Vicio, Dileando, Asesíname, No Importa o Pastillas (para citar algunos temas de los últimos años) sino que su música no paro de crecer y su búsqueda musical no se detuvo nunca.

Algo parecido pasaba con Marlon Brando, otro talentoso en problemas. Ya estaba en sus ochenta años y todavía había multitudes de tarados que se quejaban de que ya "no era el mismo", como si fuera posible detener el tiempo en Un tranvía llamado deseo o en El Padrino. Como si engordar, envejecer o irse a vivir a una isla terminara con el talento. Una lógica que los priva, por ejemplo, de Brando en Don Juan de Marco, para poner sólo un ejemplo. Esto no significa ignorar que la vida que cada uno lleva va dejando marcas o pretender que el talento vive en una cajita de cristal infranqueable para cualquier desgracia. Cuando García estaba muy mal -vaya a saber si tanto como ahora- Mercedes Sosa lo llevó a Cosquín, lo ayudó a ponerse de pie y después de eso hicieron un disco increíble, por los arreglos de García y por el arte conque la Negra puso la voz en cada tema. Se supone que Filosofía Barata es el primer disco post "época dorada" de García. Su versión del Himno, por ende, es parte de la decadencia. También Tango 4, La hija de la lágrima o Say No More, para citar algunos. ¿Cuchillos o Canciones de Jirafas son intervalos lúcidos en el naufragio? Así ven las cosas, así ponen sus caras de circunstancia, así dictan sus veredictos acerca de lo que desconocen, de lo que miran de reojo, de lo que espían.

Se lamentan, se conmiseran, se conmueven, se decepcionan. Es mentira.



Víctima
Víctima de soledad
víctima de un mal extraño
mi corazón se ha partido en dos.
¿Quién te ha visto y quién te ve?
Quién te ama te hace daño
mi corazón se ha partido en dos.
Veo esa sangre en la pared
iluminó mi ser
algo va a caer
veo tu sombra y ya no sé
ya no sé qué hacer
algo va a caer
Víctima de libertad
víctima de un sol extraño
¡Oh! Mi corazón se ha partido en dos
cuando todos van a verc
uando va a nacer
todo va a caer
tengo que salir y volver
desaparecer
y alguien va a caer
víctima de libertad
víctima de soledadvíctima de soledad
víctima de soledad.

1 comentario: