Gira el cuello. Busca el nudo, frente a las cámaras. Está contracturado. Como buen cuervo, me acuerdo del partido con River. Estábamos afuera, con dos jugadores menos. Pero hicimos lo que debíamos. Jugamos a la pelota. Hoy jugamos a la pelota. Hoy nos distendimos, hablamos claro, no nos encerramos, hicimos sentir a todos como parte del equipo (no sólo a los ultraleales). Y hoy -al menos hoy- de nada sirve que De Angeli dé su versión de su encuentro con Néstor. Néstor estaba como Dalesandro en uno de sus intratables días, y la jugada es mucho más linda en su relato que en el de Alfredo.
Hoy no necesitábamos ni karatecas ni espantar a nadie ni ninguna otra gilada. Tal vez porque estábamos en el horno, y era notorio que ninguna de esas pelotudeces iba a salvarnos. Por eso estoy feliz. Y será por eso tal vez, que Buzzi está contracturado.
Mañana haremos un gran acto. Sufriremos un poco, rogando que no se agarren los camioneros y los de la UOCRA. Y nos prepararemos para seguir, porque sabemos que esto recién empieza. Ojalá entendamos que la virtud de estos cien días fue el aguante. Pero que con el aguante no alcanza, y que además hace falta jugar, encarar, disfrutar cuando hacemos circular la pelota. Claro, sin olvidarnos de todos los goles boludos que nos hicieron. No vaya a ser que el día menos pensado nos aparezca un Orión y se ponga a hacer jueguito en el área. Rabonas y tacos, de tres cuartos para adelante y con el equipo bien parado. Ahí es cuando a Buzzi se le traba el cuello.
Hoy no necesitábamos ni karatecas ni espantar a nadie ni ninguna otra gilada. Tal vez porque estábamos en el horno, y era notorio que ninguna de esas pelotudeces iba a salvarnos. Por eso estoy feliz. Y será por eso tal vez, que Buzzi está contracturado.
Mañana haremos un gran acto. Sufriremos un poco, rogando que no se agarren los camioneros y los de la UOCRA. Y nos prepararemos para seguir, porque sabemos que esto recién empieza. Ojalá entendamos que la virtud de estos cien días fue el aguante. Pero que con el aguante no alcanza, y que además hace falta jugar, encarar, disfrutar cuando hacemos circular la pelota. Claro, sin olvidarnos de todos los goles boludos que nos hicieron. No vaya a ser que el día menos pensado nos aparezca un Orión y se ponga a hacer jueguito en el área. Rabonas y tacos, de tres cuartos para adelante y con el equipo bien parado. Ahí es cuando a Buzzi se le traba el cuello.
Yo no entiendo de gambetas... pero sí entiendo que debo agradecer a Cris por abrir los ojos (condición necesaria para pasar la pelota).
ResponderEliminarPor unos días, no voy a tener que escuchar vocesitas infantiles que digan: "Un día de estos yo no voy a volver a casa. Capaz que me agarran esos robots como a Alfredo, el capitán del campo, o me pegan un tiro." Estas son las cosas que a mí me contracturan.
Ojalá que no dure poco... pero mientras dure, será un alivio.
Yo sigo soñando con que algún día juguemos el mejor partido en nuestra cancha, la inmensa Argentina. Para ello, tenemos que estar todos en un mismo equipo, pensando hacia adelante. Y con el pasado de nutriente.
La gente no te quiere golpear, Cris. La gente te necesita despierta. Porque, entre otras cosas, podemos ganarle a Brasil.
Alfredo su texto ha sido robado revise a qiuen se lo manda
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